Introducción al Dragon Dreaming

Soñar, planificar, actuar y celebrar – Dragon Dreaming

Un método para conseguir proyectos exitosos para el gran cambio.
Como seres humanos creamos juntos nuestra realidad. Esto significa también que solo conjuntamente podemos encontrar el camino para salir de la crisis medioambiental, económica y de valores y avanzar hacia un nuevo nivel de convivencia en nuestro planeta. Podemos aprovechar la crisis como motivación para un proceso de aprendizaje humano, hacia una compasión profunda, y una mayor cooperación y convivencia.
“Solo no puedes llegar, pero sólo tú puedes llegar”, dice una canción zapatista de México. El movimiento comunitario reconoce el poder creativo y el potencial del individuo y lo quiere apoyar. Pero ¿cómo podemos desarrollar efectivamente un proyecto comunitario a partir de los diversos enfoques individuales?
Muchas veces las dificultades aparecen en la fase de realización. ¿Cómo podemos pasar de la inspiración a la fase concreta de la acción creativa? ¿Cómo llegamos desde la ilusionante amplitud de la visión creativa al limitado diseño en la realidad? ¿Cómo creamos ciclos sanos de retroalimentación para aprovechar constantemente, en la acción, el feedback del mundo, el cual nos permite profundizar en la inspiración y la imaginación y por lo tanto nos lleva al refinamiento del diseño de nuestros proyectos?
Dragon Dreaming es un método que apasiona porque describe y acompaña el ciclo completo de la inteligencia colectiva.
Dragon Dreaming utiliza el poder y la fuerza que tienen nuestros sueños y visiones para atraernos hacia el futuro.
El método no apunta a crear instituciones sino proyectos que existan durante el tiempo necesario, hasta que cambien los objetivos o la visión.
Siempre existe una separación entre lo que es y lo que deseamos de todo corazón que llegue a ser, para nosotros y para el conjunto. Muchas veces nos conformamos con los hechos tal como son, en lugar de tomar responsabilidad y seguir nuestros anhelos. Dragon Dreaming nos ayuda a encontrarnos y construir puentes entre el lugar donde estamos ahora y aquel lugar adonde queremos llegar a estar, todo esto a través de proyectos exitosos.
El método ha sido desarrollado en Australia y está inspirado en conocimientos de la teoría del caos, la teoría sistémica y de la complejidad, así como de la sabiduría de los aborígenes australianos. La aplicación del método promueve la transformación cultural. Su objetivo es la reintegración de aspectos que históricamente han estado separados en nuestra cultura: la parte izquierda y derecha del cerebro, la intuición y la lógica, el individuo y su entorno, pensar y actuar, trabajo y juego. El método apuesta por la cooperación y la fuerza de la comunidad.
John Croft, nacido en Australia, es uno de sus creadores. Vive desde el 2008 en Alemania y comparte generosamente sus conocimientos con todos aquellos que están dispuestos a entregarse a un viaje apasionante.
Cada proyecto empieza con la fuerza del sueño de un individuo. Desde ahí podemos vislumbrar una imagen del futuro que nos atrae. Nos encontramos en el límite entre lo que lo que es y el futuro que puede llegar a ser
¡Cuán poderoso puede ser el próximo paso!
El 90% de los proyectos muere dentro de nosotros mismos, nunca llega a ver la luz del día, ni siquiera los expresamos con palabras. Muchas veces son sueños que nos emocionan mucho y que nos hacen sentir muy vulnerables. Y al perderlos, se pierde una gran cantidad de creatividad y sabiduría intuitiva.
De los proyectos que pasan esta primera barrera comunicativa el 90% no pasa de la fase de planificación a la acción. Y de los pocos proyectos efectivamente realizados, muchos no sobreviven los primeros años. Ideas y proyectos tienen dificultades para madurar si nos resistimos a comunicarlos de forma transparente a nuestro entorno por miedo a ser criticados o ridiculizados.
Dragon Dreaming nos enseña a interesarnos realmente por nuestros críticos para convertirlos en partidarios de nuestros proyectos en lugar de tomarnos su crítica de forma personal y rechazarlos.
Según John Croft los proyectos no llegan a ser sostenibles si olvidamos una parte importante del ciclo de un proyecto: soñar-planificar-actuar- celebrar. Sin una cultura sana de celebración y de aprecio mutuo no llegaremos a acercarnos unos a otros lo suficiente, perderemos tarde o temprano el placer en lo que hacemos y nos cansaremos.

El método – paso a paso

Iniciamos un proyecto con una “rueda de sueños”. Un individuo inspirado invita a personas que pueden cooperar escuchando su visión. En esta etapa es aconsejable incluir personalidades muy diversas.
La idea del proyecto debería seguir los tres criterios de Dragon Dreaming:
1. Apoyo al crecimiento personal
Mientras llevamos a cabo el proyecto descubrimos nuevos aspectos en nosotros mismos y adquirimos nuevas habilidades.
Profundizamos el contacto con el mundo y con la vida misma.
2. Apoyo a la construcción de comunidades
La confianza y la cooperación en el equipo crecen con la experiencia, valorando las visiones de cada uno y buscando que cada persona pueda encontrar su lugar ideal dentro del proyecto.
3. Ponerse al servicio de la Tierra
Encontramos sentido y significado en nuestra actuación a través de la retroalimentación con nuestro entorno. Nos ponemos al servicio del conjunto e incentivamos la diversidad, la creatividad y la vivacidad.
La presentación del proyecto individual debe desarrollarse con mucho carisma porque de lo que se trata es de generar entusiasmo y de aumentar el círculo individual de actuación.
Practicamos este paso en los talleres de Dragon Dreaming, porque es básico para poder actuar de forma eficaz en el mundo. Justo después llega un momento que habitualmente queremos evitar, pero que resulta inevitable si queremos actuar colectivamente: el proyecto debe morir como proyecto individual para luego renacer como proyecto comunitario.
La pregunta dirigida al grupo es la siguiente: “¿Cómo debería ser el proyecto para que no hubieras podido invertir tu tiempo de forma más razonable?
¿Qué nos motiva a dedicar nuestro tiempo y atención a un proyecto? ¿De qué manera puede convertirse ese proyecto en nuestro proyecto? El grupo se comunica en varios círculos, en cada círculo cada destello de inspiración provoca chispas en los demás hasta que el flujo de inspiración se ralentiza y finalmente se extingue.
En este círculo se crea el “manifiesto del sueño” del proyecto. Este manifiesto permanece siempre vivo, porque permanentemente se pueden añadir ideas y hacer referencia a él.
El manifiesto sirve de base para evaluaciones posteriores: ¿En qué medida se han realizado tales visiones y qué se necesita para mejorar el resultado? Mucha veces descubrimos que las visiones se han cumplido de una manera inicialmente imprevista.
Después de la fase de soñar llegamos a la fase de planificar. Mientras que en la primera se recoge información, ahora consideramos posibles alternativas, desarrollamos estrategias y hacemos primeros ensayos. El arte que cultiva Dragon Dreaming consiste en aceptar e interiorizar las visiones de los demás hasta tal punto que podamos realmente pensar como ellos. Tiene lugar un proceso de inteligencia colaborativa, donde el conjunto es más que la suma de las partes y cada participante experimenta una ampliación del propio pensamiento.
Finalmente creamos, a partir de las estrategias, un diseño de proyecto que llamamos Karabirrth (“telaraña”, en la lengua de los aborígenes australianos): una red compleja de conexiones y “Songlines” (trazos de canción), que conectan el ahora con el futuro para convertir el sueño en realidad.
Allí donde se cruzan las conexiones se crean nodos. Estos nodos son lugares de encuentro para personas que quieren compartir conocimientos y capacidades para avanzar un paso en la realización del proyecto. Los trazos de canción representan flujos energéticos entre los nodos: comunicación, compartir información y conocimiento así como apoyo mutuo. En la tradición de los aborígenes los trazos de canción son caminos que cruzan por su campo, y las canciones cuidan y crean flujos de energía y transformación.

El Karabirrth – el plan de juego

El Karabirrth, que puede llegar a ser una obra de arte, ayuda a comprender de forma intuitiva el carácter y la complejidad orgánica del proyecto entero y al mismo tiempo comunica muchas informaciones detalladas. Es guía y plan de juego a la vez.
¿Qué pasos son necesarios para la realización del manifiesto común?
¿En qué orden?
¿Cuáles son las conexiones transversales en las diferentes áreas y cómo se relacionan entre ellas?
¿Qué equipos se responsabilizan de cada paso?
¿Dónde hay necesidades no cubiertas?
¿Hacen falta expertos para algunos pasos?
¿Cuál es la planificación de tiempo para cada paso y para el proyecto completo?
¿Cuál es el presupuesto de esos pasos y del proyecto entero?
¿Qué pasos se han cumplido ya y cuál es el próximo paso?
El plan de juego permite una distribución orgánica de roles: cada persona se implica en las actividades que le interesan o actúa como experta de fondo en áreas en las que tiene mucha experiencia pero que actualmente no le motivan mucho.
No hace falta que los grupos de trabajo sean fijos ni estáticos, sino que se crean y se disuelven según las necesidades del flujo de trabajo.
Si hacemos el plan de juego, nos sobran gran parte de los protocolos y preparaciones de las reuniones organizativas: el plan permite visibilizar cómo avanza el proyecto, qué pasos se han cumplido ya y cuales deben seguir. Cada vez que se ha cumplido un paso, se visibiliza el éxito en el plan y se invita a celebrarlo.

Viabilidad financiera

Los proyectos exitosos necesitan una base económica estable. Gran parte de la impotencia que sentimos se relaciona con el tema del dinero.
Como cita Karen Litfin en su artículo: “ Un valor económico muy extendido en el movimiento de ecoaldeas, la frugalidad, tiene algunos inconvenientes.
Si tiene su raíz en una psicología de escasez puede guiarnos a una conciencia de pobreza. Siempre me he puesto triste al ver que un sentimiento de escasez financiera corta las ganas de hacer cosas en las comunidades.”
Al entrar en la fase de acción, el test esencial para el éxito del proyecto es una buena recaudación de fondos.
Empowered Fundraising (“La Recaudación Empoderante”) pretende inspirarnos y facilitar la recaudación de dinero para invertirlo según nuestros valores y visiones. La sanación de nuestra relación con el dinero es básica en este trabajo.
En el proceso nos concentramos sobre todo en la creación de relaciones: invitamos a otras personas a formar parte de nuestros proyectos a través de una contribución de dinero. Hacemos una propuesta de cooperación a personas que quieren contribuir con algo. Creamos comunidad.

Resumen

Dragon Dreaming ofrece una caja de herramientas para la realización de proyectos visionarios, que se centran en una profunda sanación: la sanación de la separación entre las personas y su entorno, la sanación de la brecha entre el pensar y el actuar. Está enfocado hacia el flujo de energías y la conexión. Así, de una manera mágica, como si fuera una boda sagrada, permite una fertilización, si nosotros nos lo permitimos.
Dragon Dreaming promueve la creencia en la inteligencia inherente de cada persona y en el poder del movimiento desde la base hacia arriba. Podemos crear inteligencia colectiva y proyectos de cambio permanente para la gran transformación de nosotros mismos y del mundo.

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